ESCRITO POR
LUÍS TINEO DROVE
En este BLOG hoy comenzamos con esta serie de relojes homenaje, en la cual trataremos de mostrar relojes emblemáticos e icónicos que rinden sendos homenajes a momentos de la historia que por uno u otro motivo merecen ser recordados.
Cuando hablamos de relojes homenaje solemos hablar de piezas que se hacen para conmemorar acciones sorprendentes, valerosas, arriesgadas y que han supuesto un antes y un después en nuestro mundo. No es este el caso del que hablamos, pues la expedición kontiki no supuso ningún antes o después en nuestra sociedad, es más, quedó demostrado que sus teorías resultaron ser erróneas, sin embargo la envergadura de la hazaña, el coraje mostrado por sus tripulantes y lo arriesgado de su expedición hacen que el Eterna Matic Kontiki sea a día de hoy un reloj muy apreciado entre coleccionistas, no solo por su historia, sino también por su calidad contrastada.
El reloj Eterna-Matic Kontiki salió un año después de la expedición, es un reloj de unos generosos 37mm de diámetro, caja integra de acero y con una resistencia al agua de 20 atm, monta el conocido calibre 1422-U siendo pues un reloj automático de segundero central, que late a una frecuencia de 18000 A/h y que cuenta con una reserva de marcha de 48 horas. Una de las grandes aportaciones de Eterna a la relojería fue la incorporación de cojinetes de bolas en el rotor, pasando así de un reloj de carga manual a uno automático, este tipo de movimiento se conoce como Eterna-Matic, diferenciándose así de el resto de la colección que se denomina Eterna, desde el momento de la invención de este sistema los cinco rodamientos de 0,05mm pasaron a ser el logotipo característico de la marca, permaneciendo intacto hasta la actualidad.
Para conmemorar la valerosa hazaña de estos seis aventureros, el reloj no solo adopto el nombre de la expedición, sino también se grabo en la tapa trasera un anagrama de la balsa kontiki, anagrama que ha ido evolucionando y modificándose a lo largo del tiempo, tal y como vemos en las siguientes evoluciones.
Historia de Eterna
La empresa Eterna tiene su origen en la localidad Suiza de Grenchen, situada a los pies de las montañas del Jura, donde sus dos fundadores: el doctor Josef Girard de 53 años y el maestro de escuela Urs Schild de 28 años fundan la fabrica Dr. Girard & Schild. En sus inicios la empresa se dedicaba a la fabricación de ébauches propiamente dichos, es decir el conjunto de pletinas, cubo y tren de engranajes para otras marcas. Más adelante se dedicarían a la fabricación de movimientos completos.
En 1866 Josef Girard se retiró de la empresa quedando en manos de Schild pasándose a denominar URS Schild Fabriq d’horlogeríe.
Fue en la década de 1870 que la fábrica dio un paso adelante pasando a fabricar relojes enteros gracias a la mejora en las técnicas de mecanización, con lo que se convirtió por derecho en una industria manufacturera.
Tras entrar en la empresa los hijos y la mujer de Schild al fallecimiento del mismo, la empresa sufrió diversos cambios hasta llegar al señalado año 1932 en el que la empresa se divide en dos nuevas sociedades anónimas: Eterna,SA para la producción de relojes de precisión y ETA,SA la archiconocida fabrica creadora de una gran parte de los calibres usados a día de hoy por parte de la industria relojera.
Eterna cuenta con grandes hitos de la relojería a sus espaldas, entre los que podemos encontrar:
• Primer reloj de pulsera con alarma fabricado en serie del mundo en 1914.
• Por primera vez se utilizaron cojinetes de bolas para montar el rotor en un movimiento de cuerda automático en 1948.
• Reloj más plano del mundo (Eterna-Matic 3000) en 1962.
La aventura de unos soñadores que dio lugar a un hito
La emocionante aventura de la expedición Kontiki comienza a fraguarse en la cabeza del etnógrafo, biólogo y geógrafo Noruego Thor Heyerdehl (1914-2002) quien debido a sus conocimientos y especialización en la antropología Polinesia se atrevió a rebatir las tesis existentes acerca de los orígenes de sus primeros pobladores.
Thor llegó a la conclusión de que la travesía seguida por estos primeros habitantes tuvo su origen en América del sur, más concretamente en Perú, y no desde Asia como se creía en aquel entonces.
La creencia de Thor venía de las múltiples similitudes encontradas entre las culturas andina y polinesia, alcanzando su máximo apogeo en la observación y comparación entre las deidades Con-Ticci-Viracocha, el representante del Sol en la tierra según las leyendas indígenas del lago Titicaca. Y la historia de Tiki, nombre del hijo del Sol según la mitología Polinesia.
Para probar su veracidad decidió emprender el mismo viaje que según sus teorías, ya hicieran tiempo atrás los polinesios, sirviéndose sólo de el viento y corrientes marinas (para evitar el tráfico portuario fueron remolcados los primeros 50 km). Parte del encanto de esta aventura consistía en que sólo usarían los medios que los primeros polinesios hubieran podido usar, a excepción de la radio, algún que otro elemento de navegación, y los relojes usados por la tripulación (tema que nos ocupa) para estos la elección de los usados por sus 6 tripulantes recayó en Eterna, encargándose expresamente para tal hazaña 10 años antes de la expedición a la propia fábrica.
La Balsa quedó bautizada como Kon-Tiki en honor a las deidades antes mencionadas. Se construyó en los astilleros del servicio industrial de la marina del Perú y su financiación consistió en préstamos privados y en equipos donados por el ejército de Estados Unidos.
La construcción se mantuvo fiel al estilo indígena gracias a las ilustraciones dejadas por los conquistadores españoles.
La base y armazón principal de la balsa constaba de nueve troncos de madera de balsa escogidos personalmente en las selvas de Ecuador de una medida de 14m aprox, y unidos entre sí únicamente con lazos de cáñamo, no se uso ni un solo clavo para su construcción. Para reforzar estos troncos se pusieron transversalmente troncos de medio metro de longitud a intervalos de un metro. Los laterales de la base se terminaron con tablones de pino y la cubierta y el armazón de la caseta fue ejecutado en bambú. Esta caseta posteriormente fue cubierta con hojas de banano. El mástil se realizo con dos troncos de Mangle en forma de A, que se elevaba hasta los 9 metros de altura y que servía de sustento para la vela de 4,5 x 5,5 m que quedó finalmente decorada por la figura del Dios Sol.
Entre los tripulantes de la balsa se encontraban cuatro compatriotas de Heyerdehl y un sueco:
Herman Watzinger: Este ingeniero de profesión fue escogido como segundo de abordo y entre sus misiones se le encargaron las mediciones y registros meteorológicos e hidrográficos de la travesía.
Erik Hesselberg: Experto navegante y pintor, entre otras muchas tareas suyo fue el dibujo del Rey Sol que adornaba la vela de la balsa.
Torstein Raaby: Soldado en la Segunda Guerra Mundial y oficial en la marina, se encargó de las transmisiones radiales.
Knut Maugland: Soldado condecorado por parte de los británicos en la Segunda Guerra Mundial experto en comunicaciones de radio.
Beng Danielsson: Este antropólogo de profesión y aventurero de corazón se encargó del acopio de provisiones y actuó como interpreté debido a su excelente dominio de la lengua castellana.
Esta expedición no exenta de riesgos y peligros zarpó del Callao el día 28 de abril de 1947, entre los víveres con que zarparon se hallaban 1000 litros de agua, bananas, batatas y el mencionado reloj Eterna que cada uno de los marinos llevaba. Teniendo que subsistir a base de estos víveres, se vieron obligados a alimentarse adicionalmente de peces voladores y tiburones que ellos mismos pescaban.
Pasados 101 días y 6980 km después estos increíbles aventureros encallaron abruptamente con su balsa en un islote deshabitado del atolón de Raroia, en las islas Tuamoto en la fecha de 7 de agosto de 1947, para después ser remolcada hasta Tahiti por la goleta francesa Tamara.
La expedición demostró que el viaje pudo ocurrir y que dicho hito pudo realizarse, poco importo que años después la ingeniería genética demostrara que el origen polinesio es en realidad asiático, pues no han sido poco los documentales, escritos o películas que han narrado la increíble experiencia llevada a cabo por estos seis aventureros.
Ni que decir tiene, que los relojes de todos los tripulantes llegaron en perfecto estado de funcionamiento sin verse afectados por la humedad corrosión o demás factores adversos. Hay que tener en cuenta que los relojes se vieron sometidos no solo a las inclemencias meteorológicas, sino también a un uso intenso que incluye hasta la pesca de tiburones.
Con motivo del aniversario de esta extraordinaria expedición Eterna saco al mercado el Eterna-Matic Kontiki, del cual se han hecho sucesivas colecciones y reediciones a lo largo del tiempo.
3 Comments
Con un alto sentido del placer, he de confesar lo aportado en su escrito referido al Eterna Kontiki, la vigencia de esa hazaña demuestra que mas vale una fuerza de voluntad férrea, que cualquier duda al querer lograr un objetivo, como entusiasta en el coleccionismo de relojes, el KONTIKI es sin duda alguna de alto valor conceptual.Gracias por el reportaje.
Excelente!!! muchas gracias, hay mucho que se podría decir pero es un reportaje tan preciso que no queda lugar a ninguna pregunta.
La verdad es algo muy bonito conocer la historia de la marca de estos relojes, me interesó conocer el origen ya que mi padre que falleció hace años tuvo un etermatic kontiki este se lo dejo a mi madre y ella antes de fallecer me lo regaló, es algo que no tiene precio tanto en lo físico como en lo personal, lleve a darle mantenimiento al reloj y ahora lo porto con gran orgullo y es una verdadera joya además de que fue de mi padre.